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“Vacunación compulsiva”: un camino erróneo

Por: Nelson Fernando Mariño M.Sc.

En este inicio de 2022, los registros indican un incremento en los contagios y en muchos países, como Francia, Estados Unidos, Alemania o Reino Unido, una nueva ola de covid es una realidad que reporta más casos que olas previas. Según se proyecta, al parecer esto también pasará en Colombia.

No obstante, estas nuevas olas no tienen el mismo efecto en letalidad y, si bien siguen y seguirán presentándose dolorosos fallecimientos, la realidad es que el incremento de fallecidos es más bajo comparado con olas anteriores. Lo último se puede apreciar en esta gráfica, tomada del portal Our World in Data.

La pandemia continuará y aún no hay claridad de cuándo se podrá superar esta etapa, ni los gobiernos y la OMS parecen estar en posición de adoptar otro enfoque. La cuestión es que la inmunidad colectiva (dada bien sea por contagio previo o vacunación) y el paso de pandemia a endemia parecen configurarse, no por el número de contagios (que está globalmente en alza), sino básicamente porque los sistemas de salud no están saturados con personas contagiadas y el número promedio de fallecimientos ha caído.

Ahora, para controlar la pandemia la mayoría de países se han enfocado en vacunación como medida fundamental. De allí se desprenden medidas como dosis de refuerzo -Chile o Israel ya aprueban una cuarta dosis-, vacunación masiva en grupos de muy bajo riesgo (incluyendo niños) o de ya contagiados con tan solo 30 días de haber superado la enfermedad, como se indica en Colombia.

Inclusive, un importante funcionario del Ministerio de Salud de Colombia indicó en sus redes sociales, refiriéndose a la vacunación de los menores con Sinovac (vacuna no probada en ese grupo poblacional), que “la seguridad de millones de dosis aplicadas nos dejaba mejor preparados para Ómicron”. No es claro el sustento de dicha afirmación, pero es una muestra más de los variados argumentos para promover la vacunación.

Hay un creciente interés de imponer vacunación generalizada. Este interés ha sido impulsado, entre otros, para mejorar la posición en los rankings entre países sin que esté clara la costo-efectividad de una vacunación tardía, como es la que se desarrolla en este momento de la pandemia, dada la alta dispersión del virus o el nivel de vacunación alcanzado en algunos países. A esto se le suma la exigencia del carné de vacunación, que por ejemplo es obligatoria en Ecuador, y en Francia se transita por un camino similar, o que se exige al ingreso al país, como sucede en Colombia o Australia.

El caso Djokovic

Esta comentada noticia -no permitir la entrada a Australia al tenista número uno en el ranking de la ATP por no estar vacunado-, apoyada por muchos, muestra desde mi punto de vista un manejo que deja lecciones en varios aspectos:’

– Para evitar el ingreso de personas con posible contagio, más efectivo que un carné de vacunación sería una prueba PCR negativa con menos de 48 horas. Las personas vacunadas igual se pueden contagiar. Es decir, tener el carné no evitará que una persona contagiada ingrese al país.

– Djokovic reportó contagio en junio de 2020 y uno nuevo en diciembre de 2021. Aun sin el más reciente, no entiendo por qué exigirle a un deportista de alto rendimiento, sano y que no es perfil de riesgo, una vacuna (de un virus “viejo” de hace dos años) que no se sabe si garantiza más protección que el contagio natural.

– Los casos en Australia vienen en alza exponencial. Si bien su estrategia de «Zero Covid» ha sido efectiva y exitosa para reducir la mortalidad, no parece ser sostenible para contener el contagio y menos en un mundo híperglobalizado como el actual.

– Desde mi punto de vista alienta más a los grupos anti-vacunas, que encuentran una figura más para levantar sus banderas.

Al parecer el tenista mintió inicialmente sobre su contagio reciente y sus viaje. La mentira deber ser la causa de deportación, no el estatus de vacunación o su posición. En lugar de buscar vacunar personas que no son de riesgo como el reconocido tenista, el foco debe ser buscar personas de riesgo en cualquier país de mundo, que además son reservorio para el desarrollo de nuevas variantes y ello es particularmente importante en África.

El conteo de anticuerpos

El sistema inmune tiene varios y sofisticados mecanismos que incluyen, entre otros, respuesta humoral (anticuerpos de varios tipos) y celular (neutrófilos, linfocitos) que se combinan en diferentes formas y momentos para brindar protección contra diferentes enfermedades infecciosas y agentes patógenos. Hoy se presentan diferentes noticias que indican que los anticuerpos detectados decaen luego de unos meses y este es otro argumento usado para promover dosis de refuerzo.

Los anticuerpos de las enfermedades infecciosas empiezan a decaer una vez el agente patógeno es neutralizado y la mayoría desaparecen a los seis meses. Ello no implica que usted no esté protegido.

El organismo no mantiene permanentemente alto un batallón de anticuerpos de todas las enfermedades o patógenos con los que tuvo contacto; una estrategia que no sería viable para el cuerpo humano. Si no fuera así, hoy podríamos cuantificar altos títulos de algunos anticuerpos contra fiebre amarilla, sarampión, neumococo, polio, tosferina e incontable número de enfermedades frente a las que, si usted no fue vacunado o estuvo en contacto con el patógeno recientemente, no aparecerán. Lo cual no significa que vaya enfermar o no esté protegido.

Inferir la efectividad de una vacuna a partir del conteo de anticuerpos es cuestionable. Pero, además, el conteo de anticuerpos es una medida muy sensible que cambia de persona a persona, sin tener siempre directa correlación. Así mismo es sensible a la técnica y el procedimiento usado y hasta el laboratorio donde fue procesado.

Vacunación masiva a vacunación selectiva.

A esta altura del tiempo, la mayoría de la gente ha estado en contacto con el virus ya sea por contagio o por vacunación. Continuar promoviendo una vacunación generalizada no será sostenible y tiene una cuantiosa cuenta de cobro que todos estamos pagando.

Se debe comenzar cuanto antes una vacunación selectiva identificando personas de riesgo -que ya están claramente caracterizadas- y si fuese posible susceptibles de primer contagio. En pandemia se debe pensar y actuar globalmente, por lo que esta priorización debe hacerse para cualquier país del mundo enfocándose en dichos grupos sin importar dónde se encuentren. Esto será globalmente más efectivo y nos ayudará a todos a pasar más rápidamente esta dolorosa página.

PRASS

Este mecanismo también debe evolucionar y dejar de hacerse masivamente o en puntos aleatorios. Es compleja la situación, pero estoy de acuerdo con el Gobierno colombiano con una reciente resolución de priorizar las pruebas en personas de riesgo. Si bien puede ser cuestionable para efecto del conteo de casos, permite focalizar recursos; de manera similar reducir el tiempo de asilamiento. No obstante, sería mejor un aislamiento atado a la desaparición de síntomas y no a un número de días.

Más importante es reforzar educación y las medidas básicas de autocuidado (lavado de manos, tapabocas en sitios de aglomeración) para disminuir la dispersión del virus y mantenerse en casa por los días sintomáticos como debería hacerse con cualquier “gripa”.

Ciclo de retroalimentación riesgoso

El modelo económico que predomina en el mundo es capitalista y las principales farmacéuticas que suministran las vacunas pertenecen a él. El otro gran proveedor es China, quien además las ha usado como instrumento de diplomacia. En su legítimo proceder suministraron vacunas efectivas contra severidad y mortalidad. Sin embargo, entre más se comercialicen estas vacunas mayor será su utilidad económica (esto por no mencionar el lucro de las entidades que vacunan).

Por otro lado, los gobiernos han encontrado que una manera de mostrar gestión es mejorando el indicador de vacunados. En la mayoría de reportes no se discrimina a quiénes vacunaron y muchos se enorgullecen de mostrar que mejoró en el ranking en comparación con otros países.

Es decir, dos actores principales de esta situación son grandes beneficiados por incrementar la vacunación. Por la urgencia de la situación, se deja de lado la evaluación costo-efectividad de una vacunación tardía como la actual. Pero, además, parecen olvidar un principio básico: la vacunación era preventiva, no curativa, como parece ahora usarse en muchos casos.

Estamos ante el virus que más amplia y rápidamente se difundió en la historia de la humanidad. Si bien tenemos las vacunas como una nueva y poderosa herramienta, la vacunación debe ser inteligentemente enfocada, verificando la efectividad, el balance riesgo-beneficio a los diferentes grupos poblacionales, así como su costo-efectividad.

En este momento de la pandemia y dado que las vacunas no son efectivas para prevenir el contagio, no es válido indicar que un no vacunado atenta contra la salud o los derechos colectivos. Declarar la enfermedad si debería ser obligatorio, pero vacunarse no.

La vacunación es efectiva, pero durante en una ventana de oportuna de aplicación y enfocada en el grupo adecuado de riesgo. En muchos países incluido Colombia esa ventana de oportunidad pasó. Imponerla vía medidas coercitivas, recurrentes refuerzos o generalizarla a toda la población sin necesidad, puede ser contraproducente contra la credibilidad general de las vacunas.

 

Artículo publicado en La Silla Vacía
Fecha: 26/01/2022
Link publicación: https://www.lasillavacia.com/historias/historias-silla-llena/vacunacion-compulsiva-un-camino-erroneo/

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