Actualidad Logística

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El plan de vacunación anunciado y el que necesitamos

Por: Nelson Fernando Mariño M.Sc.

Luis Jorge Hernández

Son urgentes algunos cambios en el sistema de vacunación que tenemos. Lo primero es no aplicar por ahora la vacuna a quienes ya fueron contagiados; y hay otros cambios pendientes.

El sistema que hoy tenemos es insuficiente

El gobierno colombiano presentó la primera versión del Plan Nacional de Vacunación contra la COVID-19. Al leerlo resulta evidente la necesidad de mejorar la planeación y la logística, pues enfrentamos una situación inédita que no puede ser atendida por el Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI) tradicional.

El PAI presenta fallas que deben ser corregidas cuanto antes. La vacuna contra la influenza en mayores de 60 años sirve para ilustrar el problema. Según la proyección del DANE, en 2018 habría 1’045.229 personas mayores de 60 años vacunadas en Bogotá. Sin embargo, como muestra la gráfica 1, entre mayo y noviembre de 2018 se registró un total de 182.159 adultos mayores vacunados en la capital colombiana, lo cual significa que la cobertura de vacunación fue tan solo del 17,4%.
De acuerdo con la Secretaría de Salud de la ciudad, la meta administrativa para Bogotá en 2018 fue de 519.753 personas vacunadas de todas las edades con factores de riesgo. Las cifras indican que solo 182.159 de los vacunados eran adultos mayores, es decir, tan solo el 35% de la meta inicial (ver gráfica 2).

Gráfica 1. Estimación de adultos mayores de 60 años vs. adultos mayores vacunados entre mayo y noviembre del 2018.

Construcción Estudio Universidad de los Andes. Fuente: Aplicativo PAI – cubo de datos Mayo a 5 de noviembre de 2018 y DANE-Secretaría Distrital de Planeación SDP: Convenio específico de cooperación técnica No 096-2007(18)

Gráfica 2. Tasa de cobertura de vacunación de Influenza por localidad. Bogotá 2018

Construcción Estudio Universidad de los Andes. Fuente: Aplicativo PAI – cubo de datos Mayo a 5 de noviembre de 2018 y DANE-Secretaría Distrital de Planeación SDP: Convenio específico de cooperación técnica No 096-2007 (7)

Como se observa en la gráfica 1, la meta administrativa (línea naranja en la gráfica) está por debajo de las cifras de la población mayor de 60 años. En ese momento, las localidades de Bosa, Kennedy, Engativá y Suba tenían poblaciones de adultos mayores de 60 años que oscilaban entre las 60.000 y las 160.000 personas, pero la línea de base se mantiene muy por debajo de los 20.000 vacunados.

Todo esto indica la necesidad de diferenciar las coberturas poblacionales que, en realidad, son proporciones de cumplimiento de aplicación de vacunas de las coberturas administrativas reales, es decir, las dosis que efectivamente son aplicadas.
Si estos desfases ocurren en Bogotá, la ciudad que tiene más recursos disponibles es esperable que la situación sea aún más crítica en las demás ciudades y municipios.

Y a lo anterior hay que sumar el hecho de que la cobertura de la vacunación ha disminuido durante la pandemia debido a los confinamientos y al temor generalizado de asistir a los puntos de vacunación.

No vacunar a los que ya fueron infectados

La demanda es un aspecto clave del inédito proceso de vacunación que está por comenzar. El 18 de diciembre, el gobierno indicó que se le dará prioridad a 11 millones de personas que serán vacunadas en las etapas 1, 2 y 3. Si bien esto es un gran adelanto, necesitamos avanzar en la difícil labor de identificar y localizar a cada candidato.

Para incrementar la efectividad del proceso de vacunación, debe tenerse en cuenta que las personas que ya se infectaron—incluyendo aquellas que no fueron diagnosticadas—no son prioritarias y, por ende, no deberían ser incluidas en las tres primeras etapas de vacunación. Esto permitirá usar esas dosis en candidatos susceptibles de contraer el virus y controlar la pandemia con mayor rapidez, reduciendo la mortalidad que es el objetivo de la primera fase. Para lograrlo, el proceso de vacunación tendría que incluir pruebas de anticuerpos que identifiquen si el candidato ya contrajo el virus.

Este criterio está sustentado por un estudio en revisión publicado en el portal MEDRXIV y otro estudio publicado por la revista Science según el cual la presencia de anticuerpos puede durar hasta 8 meses, lo cual forma parte de la respuesta natural esperada.

Aunque desconocemos el porcentaje exacto del subregistro de contagios, de los estudios de seroprevalencia locales y la experiencia internacional se podría estimar que el número de personas infectadas hasta hoy en Colombia podría superar los 20 millones. Un estudio en Francia publicado en Nature encontró que, de cada 12 infecciones, solo una fue identificada en ese país.

Teniendo en cuenta que el número de contagiados es alto y que la vacuna es un recurso escaso, el costo económico y logístico de las pruebas de anticuerpos está más que justificado.

Además de hacer uso de los estudios disponibles de seroprevalencia, debemos aprovechar el tiempo de espera para conocer resultados más específicos sobre la eficacia en términos de severidad y transmisión en grupos específicos.

Aunque no hay ni habrá ningún estudio exacto, es mejor usar esta información imperfecta y complementarla con pruebas serológicas para mejorar la asignación y priorización que no usarla en absoluto. Además, esta información será fundamental para determinar la ubicación de los puntos de vacunación y la cantidad de dosis que se destinarán a cada uno de ellos.

Otros cambios complementarios

Para mejorar y fortalecer el Plan de Vacunación es necesario:

  1. Considerar a la población que tiene enfermedades crónicas no trasmisibles. El Plan de Vacunación del Ministerio de Salud señala que la población de alto riesgo —personas diagnosticadas con enfermedades crónicas— se va a extraer de los RIPS o registros individuales de prestación de servicios. Pero esto es una morbilidad atendida y es solo la punta de un iceberg.
  2. Intensificar la difusión de información confiable sobre la vacuna, pues gran parte de la ciudadanía tiene dudas al respecto y no está dispuesta a vacunarse. La ciudadanía tiene que ser vista como un agente activo de la vacunación y no como el objeto pasivo de la misma.
  3. Garantizar la disponibilidad de talento humano para los equipos PAI territoriales;
  4. Movilizar a las Fuerzas Armadas —como ocurrió en Chile— para facilitar la logística del proceso;
  5. Es importante promover estrategias comunitarias de fármaco vigilancia.

Son varios aspectos que deben mejorar para que el proceso de vacunación sea exitoso. Las entidades nacionales y regionales deben ser flexibles y aprovechar el activo más valioso con el que contamos en la actualidad: el tiempo.

 

Artículo publicado en Razón Pública
Fecha: 11/01/2021
Link publicación: https://razonpublica.com/plan-vacunacion-anunciado-necesitamos/

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