Aunque el Plan Nacional de Vacunación (PNV) esté bien diseñado, su ejecución no cumple las expectativas. Un equipo de gerencia de operaciones y logística que conecte las diferentes actividades a lo largo de la cadena de suministros es indispensable para lograr una ejecución efectiva del PNV.
Por: Nelson Fernando Mariño M.Sc.
Una tarea gigantesca
Hasta el 16 de abril en Colombia se habían distribuido 5.061.762 vacunas de todos los laboratorios. 2. 383.816 de estas vacunas se aplicaron a los adultos mayores de 65 años y al personal de salud.
Bogotá registraba 650.925 dosis aplicadas el 14 de abril y 172.069 personas tenían las dos dosis necesarias. Entre el jueves 15 y el sábado 17 de abril la Secretaría Distrital de Salud esperaba entregar 62.010 dosis a las EPS para vacunar a los más de 300.000 adultos entre 65 y 69 años que están registrados en las aseguradoras.
Para cualquier institución una iniciativa urgente, que implique más de “65 millones de entregas personales” en un máximo de nueve meses exige un equipo de trabajo de primerísimo nivel. Por si fuera poco, no se tiene control del suministro, ni de la demanda, que está dispersa a lo largo de la compleja geografía del país, y la presión aumenta porque esas entregas representan vidas salvadas.
Sin duda alguna, la vacunación es la operación logística más importante en la historia de Colombia. Aunque el procedimiento es simple y limpio, se necesita una coordinación logística sin precedentes, en una condición de incertidumbre, escasez y urgencia.
Lo que teníamos no es suficiente
Según la Comisión de Regulación de Comunicaciones, en Colombia se entregaron 30 millones de paquetes en 2019. La entrega formal de las compañías que se dedican oficialmente al negocio de paquetería es menos de la mitad de las “entregas” que se necesitan para el PNV.
El exitoso Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI) aplicó en 2019 casi 24 millones de dosis, fundamentalmente a la población infantil, pero a diferencia de la vacunación del COVID-19, su suministro es conocido, planificado y suficiente. Salvo algunas campañas puntuales, la demanda se distribuye uniformemente a lo largo del año. Si bien no es deseado, el desperdicio que se presenta, no es crítico y se planifican compras entre el 25 y el 65 % adicional según el tipo de vacuna.
La mayoría de las vacunas contra otras enfermedades son de una dosis, no necesitan congelación y a nadie le inquieta si pueden combinarse dosis de múltiples proveedores, ni su eficacia estimada. ¡Ah! Y tampoco se aplican masivamente, con urgencia y en medio de una pandemia.
Aun cuando el PAI es un programa premiado y con una larga experiencia, el escenario actual es completamente nuevo, con un volumen que es más del triple al histórico y no es, por mucho, como algunos expertos han señalado “un biológico más del PAI”.
Por eso hay que reforzar el equipo con un grupo de profesionales con perfiles y experiencias distintas que enriquezcan las decisiones que se tomen. Esos profesionales serán fundamentalmente ingenieros y sociólogos, no importa que no conozcan mucho sobre la vacunación, así no tienen el sesgo del modelo actual. Claro está, nadie vivo tiene experiencia en vacunaciones masivas en medio de una pandemia.
Equipo de logística
Para ejecutar el PNV se necesita de un gerente de operaciones y logística con experiencia, que esté respaldado por un comité central de científicos sociales y de logística y no únicamente de profesionales de la salud o del derecho.
Además se necesitan comités regionales y locales que coordinen el despliegue. La ejecución y coordinación deber ser central, regional, local y en cada punto de vacunación. De allí la necesidad de equipos interdisciplinarios que asistan en diferentes niveles y regiones.
Algunas decisiones y actividades que deben ejecutarse o ser tenidas en cuenta por el equipo de logística son:
- Diseñar la estrategia y cadena logística, que traslade el plan a la implementación.
- Soportar el programa de compras y suministros y coordinar el abastecimiento desde las plantas de suministro.
- Programar la distribución primaria desde el punto de recibo a los centros de acopio.
- Definir la red de distribución (el número y la ubicación de los almacenes). En un estudio adelantado por nuestro equipo de trabajo se encontró que el número óptimo para Colombia está entre 15 y 20 nodos, según el nivel de cobertura que se defina.
- Configurar la red de centros de vacunación: ubicación, cantidad y tamaño.
- Programar sus capacidades, recursos y jornadas de operación, así como revisar sus procesos, incluyendo el sistema de registro e información. Hay que rediseñar los procesos para que un equipo con un vacunador logre entre 45 y 50 vacunados por hora y no los 6 actuales.
- Optimizar la asignación, distribución y balance del inventario entre los nodos de la red, implementando entrega certificada y asignación eficiente con la confirmación del envío.
- Asegurar el flujo de suministros e insumos como las jeringas especializadas.
- Coordinar los medios de transporte y su disponibilidad.
- Revisar y ajustar capacidades según la demanda.
- Coordinar las estrategias de distribución con las campañas de vacunación locales.
Acelerar el proceso
Muchas de estas decisiones se soportan con modelos existentes de investigación de operaciones como optimización y flujo en redes, asignación, pronósticos, inventarios y transporte. Estos temas forman parte rutinaria de la ingeniería industrial y logística y no de las profesiones de la salud, ni se estudian en programas de salud o epidemiología.
Además, no son objeto de aplicación rutinaria y controlada en entes territoriales como alcaldías, gobernaciones o ministerios. Estamos ante un desafío logístico y este debe ser resuelto por profesionales con experiencia en logística.
La experiencia de cualquier compañía del sector privado indica que, si el gerente o el equipo de ventas es el encargado de comprar, distribuir, contratar el transporte, entregar o planificar la producción, los resultados suelen ser desastrosos. Por eso en las compañías se integran múltiples áreas y perfiles profesionales, que deben alinearse con la estrategia para ejecutar el plan trazado.
Tenemos un PNV bien trazado, pero su ejecución está por debajo del nivel requerido y con múltiples barreras. Además, los encargados de ejecutar el plan de vacunación lo hacen con las premisas y lineamientos del PAI, aunque las condiciones son muy distintas.
Hay mucho por mejorar en el PNV, empezando por liberar de barreras del régimen de afiliación e IPS para la aplicación, simplificar el proceso y reducir radicalmente el improductivo número de más de 4.000 lugares de vacunación, que poco o nada contribuyen a mejorar las metas. En realidad apenas se necesitan entre 80 y 100 centros de vacunación masiva ubicados estratégicamente y no los 4.000 puntos de vacunación actuales.
Si se mantiene el ritmo actual, las metas del PNV no podrán cumplirse, ni, aunque se alcance la nueva meta de 250.000 vacunados por día que propuso el ministro Fernando Ruiz. Cifra que debería alcanzarse todos los días, desde el viernes pasado, pero que desafortunadamente nunca se ha logrado y al contrario el número de nuevos vacunados ha disminuido.
Pero además de quitar las trabas burocráticas y administrativas hay que rediseñar la cadena logística para que sea veloz, ágil y flexible y lleve las escasas dosis a los candidatos lo antes posible.
El reto logístico más significativo en la historia de la salud del país debe resolverse transdisciplinariamente y exige integrar un dream team con experiencia en operaciones y logística, respaldado por comités regionales y locales, que hasta ahora no se han conocido.
Artículo publicado en Razón Pública
Fecha: 19/04/2021
Link publicación: https://razonpublica.com/plan-vacunacion-necesita-ingenieros-industriales/