El ser humano y las organizaciones se adecuan a sus espacios y a su tiempo disponible y su comportamiento está regido por la Ley de Parkinson. Atención, no estoy hablando del mal de Parkinson, me estoy refiriendo a lo detectado y promulgado por el profesor Cyril Parkinson quien a mediados del siglo veinte, vinculado a la marina británica, pudo comprobar que a medida que el imperio perdía importancia en el contexto mundial, su burocracia crecía.
Artículo publicado en Zonalogística edición 108
Fecha: 15/05/2019