Por: Nelson Fernando Mariño M.Sc. – @NMarinoDL
En esta crítica situación mundial provocada por el SARS CoV-2, en la que nos vemos avocados a estrictas restricciones y un rosario de recomendaciones y protocolos de bioseguridad del gobierno, alcaldía, edificio, transporte, alimentos, hogar, parque, iglesia, oficina, tienda, domicilio, todos indican dentro de las recomendaciones “mantener distanciamiento social”.
De esta enfermedad estamos aprendiendo a una velocidad sin precedentes y como nunca antes en la humanidad, nos llegan noticias instantáneas de todo el mundo, con lamentables y miles de testimonios algunos casi apocalípticos y otros por el contrario escépticos o de conspiraciones, que generan confusión y para muchos miedo y pánico, acrecentado por la profunda pero ligera penetración de las redes sociales, que nos han convencido que lo mejor es establecer un agobiante distanciamiento social.
¿Qué conlleva el distanciamiento social? Entendiendo que la interacción social es parte de la vida y la naturaleza humana, ahora con este nuevo código ¿debemos alejarnos del vecino? ¿Las prácticas de trabajo colaborativo de las empresas con sus proveedores se deben alejar socialmente? ¿El transportador que lleva su comida debe mantenerse socialmente distante? ¿El personal de la salud, no debe tener ningún vínculo con el paciente? ¿Debemos separar las clases y estratos sociales?
El mensaje implícito es excluyente: apártese de la sociedad y actúe independiente protegiendo su núcleo familiar. Esto conlleva una carga emocional muy fuerte que no contribuye en nada a detener el avance del virus. De hecho, entre otros, contribuye a escenas de rechazo al personal de la salud, los héroes que están luchando en el frente de batalla. Estas dos palabras llevan un mensaje lesivo, que está generando un nocivo cambio que no ayuda ni epidemiológicamente, ni a fortalecer nuestra sociedad.
Por ello creo que una pequeña gran contribución, debe arrancar con cambiar el distanciamiento social, por distancia segura y acercamiento solidario. Las recomendaciones médicas y científicas indican que se mantenga una distancia física en lo posible de 2 metros si habla de frente con otra persona y por tiempo prolongado, que además con una protección de tapabocas reduce la probabilidad de contagio. En ningún estudio se menciona que no se involucre en la sociedad, ni procure hacerla mejor. Por ello complemento con acercamiento solidario, porque este es el momento donde más solidarios debemos ser, con el vecino, el empleado, el jefe, el personal de la tienda, el domiciliario, el trabajador, el propietario, el conductor de bus, el gobierno, la fuerza pública, el político de la oposición, el proveedor, el cliente, el mesero, el chef, con el país.
El COVID-19 es una enfermedad que tarde o temprano va a tocar la puerta de su hogar y si no está preparado y no tiene una red social fuerte, que lo asista durante el aislamiento que debe mantener, por el bien suyo de su familia y comunidad, será más difícil sobrellevarlo. La red incluye familia, vecinos, empresa, institución educativa y autoridades de salud, que lo deben asistir de diferentes modos, tanto en actividades básicas de soporte como comprar o llevarle alimentos y por su puesto estar atento a sus síntomas.
Esta pandemia no se va a solucionar esperando una vacuna incierta o comprando más ventiladores y UCI, se soluciona si todos actuamos de manera responsable aplicando las medidas básicas de autocuidado, con tapabocas, lavado de manos, distancia segura y evitando aglomeraciones prolongadas (más de 15 min), en particular en sitios cerrados y sin ventilación natural. Son medidas simples que, si todos respetamos, construiríamos una nueva realidad más pronto, pero sobre todo si actuamos solidariamente.
Este es justo el momento en el que menos distancia social requerimos, si actuamos colectivamente, sin amenazas, sin miedo, sin castigo, sin generar pánico, educando y actuando con precaución e inteligencia, saldremos mejor librados. Arranquemos desde el lenguaje y la comunicación, que apoyados con una serie de medidas básicas de sentido común y aprovechando el conocimiento y tecnología disponible, podemos retomar más pronto a esa realidad diferente, que ojalá nos conduzca a una sociedad más equilibrada.
Feche: 18/11/2020
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